Feliz día a todos los docentes que sonríen cuando piensan en su suerte de trabajo.
TICHININGLISH empezó siendo un blog donde compartir maneras de enseñar inglés como lengua extranjera. Hoy se ha convertido en un espacio donde tiene cabida todo aquello relativo al proceso de enseñanza-aprendizaje y el mundo educativo en general. Bienvenidos a la profesión más bonita del mundo.
domingo, 27 de noviembre de 2016
Felicidades a todos los docentes que enseñan con el corazón
Feliz día a todos los docentes que sonríen cuando piensan en su suerte de trabajo.
lunes, 7 de noviembre de 2016
Deberes, deures, homework...
Igual podría empezar diciendo que quizás la palabra más acertada es la de origen inglés: homework, trabajo en casa. "Deber" o, en valenciano, "deure", ya lleva implícito de manera subliminal una carga obligatoria. Igual es por aquí por donde deberíamos empezar a discutir (que no pelear) sobre "DEBERES SÍ, DEBERES NO". Lo que está claro es que, empecemos por donde empecemos, el lío ya está servido, y opiniones vamos a tener tantas como maestros, maestras, padres, madres y alumnos o alumnas (que ellos son justo el centro de la cuestión, aunque se nos olvide con tanta batallita).
Ayer escribí desde mi yo madre, en CON M DE MAMI, pero no descanso si no lo hago también desde mi yo maestra. Desde mi yo madre dije que, sin entrar en si comparto o no el tema de los deberes, me parecía que achacar la falta de actividades familiares a los deberes y necesitar de las sugerencias de planes en familia de CEAPA me parecía, como poco, mezclar churras con merinas, y lo mantengo.
Desde mi yo maestra empezaré diciendo que, evidentemente, ésta que escribo a partir de ahora es sólo mi opinión, nada más, y que la escribo desde la humildad de alguien que sólo lleva 16 años ejerciendo en esta bonita profesión, es decir, de alguien que aún está aprendiendo. Aunque personalmente creo que en ésta, como en muchas profesiones, el "estoy aprendiendo" debería ser el estado normal.
Desde mi yo maestra diré que el tema de deberes sí, deberes no, me parece una pérdida de tiempo y, sobre todo, un nuevo motivo de enfrentamiento que, en vez de unir, es una causa más de separación entre dos "frentes" que deberían dejar de vivir enfrentados y caminar en la misma dirección.
Desde mi yo maestra diré que "cada maestrillo tiene su librillo", vamos, que lo que yo haga en mi aula y con mis alumnos no tiene por qué parecerle la panacea a quien esté en el aula de al lado, y que a mí misma mi metodología y mi manera de enseñar no tienen que parecerme mejores que las de nadie. Somos muchísimos maestros y, por tanto, hay muchísimas maneras diferentes de entender la enseñanza. La vida misma. A mí el tiempo me ha ido haciendo cambiar mi manera de ver determinadas cosas, y por tanto mi manera de planificar lo que hago en clase; lo único que no ha cambiado es la ilusión con la que entro cada día en el aula y las ganas de que mis niños se enamoren de lo que aprenden tanto como yo lo estoy de lo que enseño, ya sea inglés, sociales o matemáticas. Desde que empecé hasta hoy, también ha cambiado mi idea sobre las tareas diarias en casa o los famosos deberes. A día de hoy, no envío deberes más allá de alguna ficha de repaso cuando tenemos prueba (control o examen, para gustos colores) al día siguiente. Soy tutora de segundo de primaria y, en mi caso, considero que mis alumnos no necesitan llevarse a casa fichas o libros para repasar porque ya repasamos en clase, justo antes de seguir con la sesión que toque, siempre hacemos un "warm up" y recapitulemos sobre lo aprendido el día anterior. Pero lo dicho, son alumnos del antiguo primer ciclo de primaria.
Mis alumnos, por contra, sí llevan escrito en su agenda la recomendación de leer 15 minutos cada día. Nos tomamos la molestia, ellos y yo, de buscar un rato cada día para ir a la biblioteca de aula, que elijan un libro, y que a lo largo de la semana (o las semanas) tengan la libertad de devolverlo, bien porque lo han acabado, bien porque no les gusta y no les motiva seguir leyéndolo (lo que también hacemos los adultos, vamos). Y pueden quedárselo el tiempo que necesiten o les apetezca. No, no hacemos una ficha de lectura de las que hacía yo cuando era pequeña y que odiaba porque le quitaban todo el encanto al placer de leer: título, autor, número de páginas, personajes, resumen. Quiero que lean por placer, no para cumplir. Están en una edad perfecta y preciosa para enamorarse de la lectura. Quiero conocer sus gustos para poder orientarlos y seguir motivándolos.
Mis alumnos no llevan deberes estipulados y rutinarios, sin embargo, están investigando sobre Gloria Fuertes, porque es el lema conductor de este este curso, y porque al empezar a trabajarla y comentarles que podían traer material relativo a ella, hubo un resorte que movió algo en ellos, y que hace que nos falten horas para poder leer y comentar todo lo que traen. También están buscando información sobre los romanos. No, no estamos dando esa unidad, ni siquiera caigo ahora en si nos tocará darla este curso, pero un compañero nos habló del teatro romano que había visitado durante el puente, y les llamó tanto la atención la diferencia entre los espectáculos que se daban en esos teatros con su uso actual que no dejaron de preguntar, y necesitaban saber. Así que sugerí que quien tuviera interés podía buscar información sobre los romanos y... Lo dicho, nos faltan horas en el día para todo lo que están trayendo. Y, la verdad, es un regalo verlos tan emocionados, tan interesados y tan predispuestos a saber, a querer saber.
Mis alumnos no llevan deberes pero tienen la libertad de traer a clase cualquier noticia que hayan escuchado, leído o visto (con sus padres, porque no todos los contenidos son adecuados a su edad) y les haya llamado la atención; la presentan escrita, recortada directamente o la cuentan de manera oral, según cada uno. Hacemos ronda de preguntas, debatimos...
Mis alumnos han convertido la búsqueda de noticias en algo más y, a día de hoy, traen a clase toda aquella información que quieren compartir y que tiene relación con lo que vamos aprendiendo, o que simplemente, es importante para ellos, como un viaje familiar, o un vídeo sobre el bullying.
Mis alumnos tienen una caja de Ciencias que se llevan a casa por turnos, dos alumnos por cada unidad de sociales o naturales, y que si pudieran se llevarían todas las semanas, y en la que meten lo que les da la real gana y que tiene relación con lo que estamos aprendiendo. No, no es obligatoria, pero todos quieren. Y gracias a la famosa caja sabemos un montón de cosas sobre el cuerpo humano, las emociones, el Ayuntamiento, el alcalde que vino a vernos con uno de sus concejales, el trabajo en una fábrica de carnes de ave, el trabajo en una peluquería... Y así suma y sigue.
Mis alumnos no llevan deberes a casa, así en general. Pero conforme avanza el curso y detecto las partes en las que algunos de ellos flojean y se pierden más, (la vida misma, sin dramas oigan, que cada uno destacamos en unas cosas y en otras somos algo menos virtuosos, y tan felices), hablo con sus padres y les ofrezco actividades de refuerzo para casa, que pueden hacer o no, porque yo sólo les sugiero, por intentar ayudar y evitar que se acumulen las lagunas, no para ahogar más aún a su hijo; actividades que, curiosamente, aquellos a quienes se le han ofrecido me han agradecido. Atención individualizada creo que lo llaman.
A mis alumnos no les pido que hagan deberes ni tampoco les hago estudiar de memoria, porque creo que los loros y papagayos están sobrevalorados, y porque aprender sin comprender no tiene, para mí, ningún sentido.
Mis alumnos no llevan deberes y están en segundo de primaria. No, no tengo miedo de que no cojan el hábito de estudio, porque ya lo están cogiendo: cuando investigan, cuando leen, cuando van a la biblioteca a sacar información de algún libro, cuando buscan una noticia y la analizan para contarla.
Mis alumnos no llevan deberes porque, en mi humilde opinión, en segundo de primaria hay mil maneras más de crear hábito, más allá de reproducir el mismo tipo de ejercicios que hemos hecho en clase y que volveremos a repetir al día siguiente. No, no lo hago para que sean niños más felices, ni para que me quieran más, ni para que tengan tiempo para hincharse a extraescolares al salir de la escuela, ni para que evitar que se traumaticen y se conviertan en adultos extraños, o infelices, o aborregados. Lo hago porque creo que con las horas que están conmigo y lo mucho que se hace en el aula, hay muchas otras formas de reforzar lo aprendido, y la primera y fundamental es conseguir motivarlos de tal manera que sean ellos quienes quieran trabajar al acabar el colegio, que quieran ampliar lo aprendido, que necesiten saber más, que simplemente encuentren divertido aprender y que cuando les sugiera, de broma, que habrá que quedarse a dormir para poder leer y ver todos los trabajos y libros que han aportado a clase, digan a una: "¡valeeeee!".
Yo no pongo deberes, no. Pero yo soy yo. Actualmente tutora en segundo de primaria.
Yo no pongo deberes pero eso no quita para que me parezca un absurdo total que se organice la que se ha organizado porque hay maestros que sí los ponen y, sin embargo, no se haga huelga por evitar ratios altas, para pedir más recursos personales en los centros que puedan atender de manera más individualizada a quienes lo necesitan, para que hagan una ley educativa sensata, para que las leyes educativas no sean moneda de cambio ni reclamo de votos, para que los colegios estén dotados de todos los recursos materiales necesarios... Y así, suma y sigue.
Yo no pongo deberes, que estaría dentro de mi competencia y de mi libertad de cátedra, pero tampoco exijo a los padres que eduquen de una u otra manera, que está dentro de su competencia y su paternidad.
No, yo no pongo deberes. ¿Mejor? ¿Peor? No lo creo. Sólo una forma más de concebir la enseñanza. Ni más ni menos.
Yo no pongo deberes en 2° de primaria, hoy, ahora, después de lo experimentado a lo largo de los años. Pero entiendo que cada niño es un mundo, cada clase una galaxia y cada escuela un universo, que las circunstancias difieren de unos a otros, y las necesidades también, y las metodologías, y los estilos, y los contenidos... Y que somos muchos los que crecimos con deberes, me incluyo, y parece que, después de todo, no nos ha ido tan rematadamente mal.
miércoles, 5 de octubre de 2016
Docentes decentes
Hoy es el día mundial del maestro. Yo aprovecho para felicitar a mis compañer@s y amig@s, pero sólo a aquellos que, inmersos en esta bonita profesión, se dejan el alma en ella a diario. Porque, como en todas partes, también están los que escogieron magisterio por las famosas vacaciones, porque no sabían qué otra cosa hacer o, quizás, no tenían nota para algo "más".
Pero, ¿sabéis qué? Así a grosso modo, la mayoría de maestr@s a l@s que hoy felicitaría son bellísimas personas y mejores profesionales. Sin embargo, entiendo que soy yo la que anda despistada o la que se ha perdido algo cuando, en las redes sociales, hoy leo por todas partes que los docentes somos poco más que escoria, porque además de no tener ni idea de lo que hacemos ni cómo, nos encanta eso de lamentar nuestra suerte por lo mal considerados que estamos.
De verdad, ¿no se cansa la gente de tanto juicio barato y rápido? ¿La moda "contra docentes" no ha caducado ya para dar paso a la moda "contra bomberos toreros"?
Lo que más me gusta de todos los comentarios y críticas cero constructivas que voy encontrándome, a modo de felicitación, es la ligereza con la que las personas que los emiten, 99% no metidas de manera profesional en este mundillo de mierda y de vacaciones eternas, y el amplio conocimiento que demuestran sobre el funcionamiento de una escuela, la realidad actual educativa y ese largo etcétera sobre el que no aprenderán de verdad jamás porque hace tiempo que decidieron cerrar oídos y ojos y abrir mucho la boca.
Igual a mí me han educado diferente, debe ser eso. Pero se da el caso de que me enseñaron a luchar por lo justo y a reclamar lo mío desde el respeto. Vamos, que para tener razón no me debía hacer falta recurrir al insulto, ni a la infra valoración o al menosprecio. Es por eso que cuando tenga que opinar de un profesional en concreto que me parece nefasto en su sector por algo que me atañe a mí personalmente, o a uno de los míos, no me (perdonad mil veces la expresión soez) "cagaré en los muertos" de todos los de su gremio, básicamente porque mi inteligencia (incluida la emocional, que la tengo a pesar de ser maestra) me permitirá distinguir ese garbanzo podrido de entre todo el montón que no lo están.
Si yo voy al médico, no intento darle lecciones de diagnósticos porque, por mucho que mi padre fuera doctor, me sepa parte del vademécum y le tradujese textos médicos desde mi más tierna adolescencia... no, no soy médico, porque ni he estudiado para ello ni ejerzo como tal.
Si voy a la peluquería, no pretendo saber más que mi peluquera porque leer muchas revistas de estilo capilar, y sacarme imágenes de famosas de Instagram para copiar sus melenazas, no me hace docta en la materia. Vamos, que no tengo ni puñetera idea de tintes, proporciones y manejo de tijeras.
Y así podría seguir hasta el infinito...
Entonces, yo me pregunto... ¿POR QUÉ ESTA GENTE, CON HIJOS EN EDAD ESCOLAR O NO, PIENSAN QUE SABEN MÁS QUE LOS MAESTROS Y MAESTRAS DE SUS HIJ@S O DE L@S HIJ@S DE SUS AMIG@S? ¿Por qué han leído artículos sobre educación en google? ¿Por qué han visto algún vídeo en facebook? ¿Por qué tienen mucho tiempo libre (porque a mí no me da la vida para tanto, vamos, pero será mala gestión, ya que soy maestra y vivo del cuento, de quejarme y de vacaciones permanentes)? ¿O es quizás una falta tremenda de confianza o una ínfima tolerancia al error del de enfrente?
Si es por esto último, la solución es bien fácil: cambio. De toda la vida, vamos. A mí no me gusta mi peluquero porque un buen día me deja el pelo parecido al de Eduardo Manostijeras, y al siguiente aún peor, pues yo no vuelvo. Si tengo la mala suerte de acudir a un médico que equivoca más de una vez su diagnóstico o cuyo trato no me parece el correcto, cambio. Si la carnicera a la que voy me vende mal género o, simplemente, no coincide conmigo en la definición del término "calidad"... me voy a otra carnicería. Pero no por todo esto voy a despotricar de todo el resto del sector, porque seguro que los hay decentes y buenos, muy buenos.
Así que no, no se trata ni de victimismos, ni de gusto por las quejas ni de nada vinculado al género teatral del drama. Se llama cansancio y tristeza.
Cansancio y tristeza porque yo conozco muchos docentes que trabajan ideando clases con el corazón, que pasan horas planeando nuevas formas de enseñar para evitar el aburrimiento, la monotonía y el sin sentido de repetir como un loro. Docentes que creen que a leer se aprende leyendo por placer y no por obligación, y que a sumar se aprende coleccionando zomblings, pokemons o magikis. Docentes que lo que quieren que sus alumnos aprendan primero es a vivir y dejar vivir, a respetarse y valorarse a sí mismos para luego poder respetar y valorar a los demás. Docentes que creen que sus alumnos necesitan jugar, divertirse y ser felices y que, como consecuencia de todo esto, aprenderán con mucho más éxito que si se les impone sin interesarse por sus gustos o sus preocupaciones. Docentes que dejan el libro a parte cuando toca hablar de muerte porque un alumno ha preguntado por ello, que dejan el libro a parte cuando la atención se está yendo de viaje y salen al recreo para cambiar de aires y seguir la clase allí, que dejan el libro a parte porque son conscientes de que se aprende mucho más vivenciando que memorizando.
Yo conozco DOCENTES DECENTES, con todo lo bonito que estas dos palabras conllevan. Y, además, puedo decir sin miedo, sin vergüenza y olvidando las falsas modestias, que yo soy una de ellas, y que me equivoco cada día, que aprendo a diario de mis errores y, sobre todo, de mis alumnos. Y... ¡que adoro mi profesión! Porque, con sus días mejores y sus días peores como en todas, es la única que está llena de sonrisas cómplices a cada minuto, de abrazos espontáneos y de dibujos dedicados con infinitas frases bonitas. Y todo esto a pesar de los adultos y su aburrido mundo de críticas, juicios y ganas de bronca.
¡FELIZ DÍA DEL DOCENTE A TOD@S L@S MAESTR@S DE CORAZÓN! 😊💗😘
miércoles, 21 de septiembre de 2016
Sociales es un rollo
¿Os cuento una cosa? Cuando era pequeña... odiaba Ciencias Sociales. Me parecía un soberano rollazo.
Visto años después desde la perspectiva de maestra (y adulta con más o menos conocimiento) creo que sé que si Sociales no me gustaba era porque hablaba del mundo de los adultos sin ningún tipo de miramiento. Y a un niño, así a bote pronto, el mundo adulto le aburre. O si no le aburre, al menos no le interesa. Pero es que ¿a qué niño, en general, le interesan los tipos de paisaje o las funciones de un ayuntamiento?
Con Naturales no me pasaba lo mismo, básicamente porque todo lo que se contaba tenía que ver con cosas que sentía cercanas: el funcionamiento de mi cuerpo, el mundo de los animales (¿a qué niño no le gustan los animales?), las plantas, el planeta en el que vivimos...
Con el tiempo, Sociales desapareció como tal porque se juntó con Naturales y el pack, llamésmolo así, era mucho más comestible y menos denso, ya que unas cosas compensaban las otras. Sin embargo, por caprichos en esto de los "Juegos de Leyes", esta pareja tan bien avenida acabó siendo separada el curso pasado. Y... aquí vuelve Sociales, más intenso si cabe y prácticamente igual de aburrido, si eres un niño.
Como este año he vuelto a la tutoría de segundo de primaria, y evidentemente es una edad en la que los centros de interés poco tienen que ver con lo que nos gusta a los mayores, me he propuesto que a mis niños no les pase lo que me pasaba a mí cuando tocaba "Soci". Obviamente, nunca llueve a gusto de todos, y sé que incluso dando la clase bailando sobre la mesa, habrá veces que no conseguiré llegar al corazoncito de todos. Pero por intentarlo que no quede.
Hoy hemos inaugurado la unidad 1 de Sociales, con el apasionante mundo de los ayuntamientos, los alcaldes, sus regidores y los servicios municipales. Un tema que, si preguntase a mis alumnos por cosas de las que quieren hablar, no saldría de manera espontánea jamás. Así que como el día pintaba largo (mate, valen, sociales y caste), me ha parecido un buen plan dejar el libro a un lado y convertir la clase en un ayuntamiento. Concretamente en el ayuntamiento del pueblo donde doy clase.
Me he nombrado alcaldesa, pero no por lo de recibir regalos y rascar sueldo vitalicio, sino por poder dirigir el cotarro y poder guiarlos. He elegido 4 regidores, inventándome sus cargos o concejalías, y adaptándolos a la actividad y a la realidad de mis alumnos. A cada regidor le he adjudicado una serie de empleados a su cargo y... nos hemos puesto en marcha: entre todos hemos tenido que organizar las fiestas del pueblo. Teníamos al concejal de "fiestas y cultura", la concejala de "seguridad municipal" (y así de paso aprendían el concepto de municipio, que cuesta un poquito y suena abstracto total), el concejal de "agricultura y comercio" y la concejala de "limpieza y orden". Hemos fingido una reunión entre la alcaldesa y sus regidores, y otras subreuniones entre éstos y sus empleados. Han simulado limpiar las calles, cuidar los jardines, parar el tráfico, cortar el acceso de coches en algunas calles, montar escenarios y focos, organizar puestos de los productos de la huerta del pueblo, señalizar y otras cuantas cosas más, y ¡todo sin salir del aula!
¿Balance de la actividad? Súper positivo, por muchas razones. Han entendido, han asimilado conceptos, se han divertido y han disfrutado ejerciendo roles de adultos, se han sabido organizar, han sido conscientes de que el trabajo en equipo es necesario en la sociedad y que si uno falla todos fallan... y ¿sabéis lo mejor de todo? ¡Han trasladado al patio "nuestro particular ayuntamiento" y han seguido jugando todos juntos! 🔝🔝🔝
Por hoy, objetivo conseguido: Sociales NO es un rollo. El rollo somos los adultos y nuestras pretensiones cuando no centramos las clases en nuestros alumnos y sus intereses y olvidamos que una vez también fuimos niños. Más claro, agua.
¡Buenas noches y a soñar bonito!
Firmado:
La alcaldesa de 2°B. 😂😂😂😂
Pd: Y sí, después de "nuestro trabajo en el ayuntamiento", han completado las preguntas del libro sin ningún tipo de dificultad. Son unos cracks.😉
martes, 21 de junio de 2016
Para poder seguir... a veces hay que empezar de nuevo
Hoy finaliza mi papel de maestra en el mejor cole del mundo mundial. Han pasado cinco años desde que llegué y parece que han durado un suspiro. Lo bueno siempre va más veloz.
Toda etapa tiene un comienzo y un fin. Y el mío en este lugar especial ha llegado. En estos cinco años he crecido personalmente y profesionalmente al ritmo de mis niños y mis compañeras (y amigas). Llegué sin ninguna expectativa en concreto, sólo con ganas de disfrutar con lo mío y de hacer felices a mis alumnos mientras estuviera con ellos. Llegué con los bolsillos vacíos y, sin embargo, me los llevo más que llenos de cosas bonitas y de mucho aprendizaje. A cambio, sólo espero haber dejado un poquito de huella en cada uno de los peques que he tenido delante, ojalá recuerden alguna anécdota, alguna frase, alguna sonrisa mías cuando piensen en su cole dentro de unos años, o simplemente recuerden que lo pasaron bien en inglés.
Cerrar una puerta para abrir otra siempre crea algo de incertidumbre. Pero muchas veces necesitamos empezar de nuevo para continuar el camino. Y en eso ando. Aunque os confieso que de esta puerta pienso guardar la llave y no cerrarla del todo, para poder asomarme un poquito de vez en cuando y ver cómo esos peques siguen su camino y se convierten en peques más grandes, los mismos que tantos ratos bonitos me han regalado, los mismos que me han hecho reír tantas veces, que me han abrazado, que me han sonreído, que han empatizado conmigo, que me han mimado como a una reina, que me han visto guapa cuando mis ojeras daban terror, que han piropeado mi sonrisa porque decían que les daba confianza y que, en definitiva, se han dejado contagiar siempre por la magia del querer aprender.
De estos cinco cursos me llevo un buen puñado de amigas bonitas que me han aceptado y querido así sin más y porque sí, que han reído conmigo, me han cuidado cuando he pasado momentos personales duros, han celebrado conmigo lo bonito de la vida, me han regalado su confianza a ciegas y me han hecho ver el color rosa cuando venía enfurruñada y sólo veía gris.
De estos cinco años me llevo todo el aprendizaje que una maestra vive en su día a día en el aula con cada niño que se cruza, que no es poco. Me llevo las experiencias que me han hecho crecer y mejorar, los errores que he enmendado y los que me quedan por arreglar. Me llevo las ganas de seguir por siempre en este mundo bonito que es el de la escuela, trabajando con personitas llenas de posibilidades, llenas de vida, llenas de ilusión.
Pues precisamente por lo feliz que he sido estos cinco años me voy con la ilusión de una maestra novata que empieza (pero de nuevo). Sin expectativas concretas, pero esta vez con los bolsillos cargados de cariño y de ganas de hacerlo bien. Y, sobre todo, con los ojos llenos de sonrisas anchas y miradas cómplices que han creído en mí desde el primer día en que nos encontramos. Habéis sido un regalo.
Para poder seguir, a veces hay que empezar de nuevo. Así que... ¡Vamos allá!
jueves, 16 de junio de 2016
No hay mal que cien años dure
No hay mal que cien años dure ni metodología que funcione siempre. Y aunque suene demasiado "sentando cátedra" es lo que firmemente creo.
No hay metodología que funcione eternamente porque trabajamos con personitas, con sus sentimientos, su propia composición del mundo, sus días buenos y sus días grises.
Sin embargo, hay algo que siempre funciona: creerse lo que uno enseña, amar lo que uno hace. Porque cuando disfrutas en tus horas de trabajo y te crees de verdad que lo que enseñas es lo mejor que puede pasarle a esos niños durante el ratito que están delante de ti... es prácticamente imposible no contagiarles el entusiasmo por lo tuyo.
Llega el final de curso y es inevitable echar la vista atrás y pensar, primero y para variar, "qué rápido ha pasado el año", y segundo, "I really had great fun!". Porque así ha sido, he disfrutado como una enana, me lo he pasado en grande iniciando proyectos, inventando nuevas maneras de acercar a mis alumnos al inglés, viéndoles aprender con entusiasmo y proponiendo ideas sin miedo y con mucha ilusión. He acabado agotada, como hacía tiempo que no lo estaba (sí, la edad también va haciendo de las suyas pero esto es un secreto), porque inventar nuevas maneras de llegar y motivar es enriquecedor pero agota al extremo. Pero al final de la carrera, ha valido tanto la pena que el cansancio es hasta satisfactorio.
¿Qué metodología he seguido este curso para conseguir que mis alumnos hayan aprendido disfrutando de verdad? Pues sinceramente, una no muy diferente a la de años anteriores pero con algún añadido que me ha hecho salirme todo el tiempo de los libros. Una basada en el alumno, pero de verdad, en sus intereses. Una que me permite enseñar aprendiendo. Una que acepta sugerencias de mis alumnos y cambia lo programado por sus ideas, sin cambiar lo que tengo que enseñar. Una que deja de lado exámenes tipo y abre puertas a otro tipo de maneras de evaluar sin que ellos sientan la presión de "es un examen", aun cuando son pruebas igual de exigentes. Una que los ha dejado libres para planificar sus trabajos, libres para organizar sus tareas, libres para decidir cómo hacer las cosas. Una que ha sentido el inglés como una lengua viva y útil y no como una asignatura. Una que ha dado paso al uso real de la lengua planteando actividades en las que había que hablar sí o sí, pero de manera natural, de lo que a ellos les interesaba. Una que les ha permitido hacerse expertos en el animal que más les gusta, o su transporte preferido, o los ha convertido en actores, porque para todo lo demás ya está google. Una basada en mi propio amor por el inglés, mis ganas de enseñar, mis ganas de aprender a raíz de sus ideas, mis ganas de dejarme convencer por sus propuestas de niños que nada tienen que ver a veces con las nuestras. Una basada en la intención de contagiar mi ilusión por lo que hago, convirtiéndome en guionista y directora de teatro, en bióloga o en experta en transportes de todo tipo para poder guiarlos.
No hay mal que cien años dure ni metodología infalible, pero lo que no falla jamás es recordar que las personitas que tenemos delante son, todas y cada una de ellas, un mundo lleno de posibilidades del que podemos aprender tanto o más de lo que pretendemos enseñarles.
Y dicho esto... ¡Feliz fin de curso a todo el mundo!
😉👏😉
martes, 24 de mayo de 2016
Hoy estás muy guapa
Siempre he dicho que mi profesión es la más bonita del mundo. Aunque haya días en los que te llevas a casa cargas emocionales que no te corresponden, bien por algún alumno, bien por alguna familia, o incluso por el desencuentro que haya podido tener algún compañero. A pesar de todo, el día a día en el aula, compensa.
El trabajo dentro de un aula no conlleva sólo el impartir ciertos contenidos con más o menos gracia, en absoluto. El primer trabajo en el aula es el de conseguir que mis alumnos quieran aprender, que quieran que llegue "mi hora", que se sientan felices conmigo, a pesar de que haya límites y normas, y aunque al final del camino, la razón verdadera por la que estén en mi aula (o yo en la suya) sea porque les he de enseñar unos contenidos y conseguir que, cada uno a su manera, los aprendan.
Para ser maestra necesito ejercer de ilusionista cada comienzo de unidad. Al menos así lo veo yo. Necesito sentir que mis alumnos se enganchan desde el comienzo porque les he contado lo que vamos a hacer, cómo y qué habrán aprendido al final de la jugada y les resulta increíble imaginar que la meta sea ésa y se llegue así.
Considero que lo más bonito del final de una clase es el momento en que dices "The class is over! We've finished! Clean up!" y espontáneamente los oyes quejarse: "¿ya? ¿tan poco? Noooo!..." En ese mismo instante engordo unos cuantos kilos de pura satisfacción. He conseguido mi objetivo (no, no era engordar): que quieran aprender, que les guste aprender, que quieran seguir, que se hayan enganchado, y que encima lo expresen tan abiertamente.
Insisto, hay momentos difíciles, durillos, cansados, como en toda profesión. Y no somos de piedra, al menos no yo. Hay situaciones que nos afectan, días en que estamos más acertados y días en los que lo mejor habría sido quedarnos en la cama y taparnos hasta arriba y no salir hasta el día siguiente. Pero luego ocurre que entras de buena mañana con ellos en el aula y, antes de empezar, se te acerca uno de tus alumnos y te regala un: "Noni, gràcies per fer les classes tan xulis!", o una de las peques de cuatro años, mientras llevas la fila, te dice: "Noni, hoy estás muy guapa". Y a ella se le une otra que lo repite, y a continuación el más espabilado aclara: "No, estás guapa siempre". Y tú mueres de amor. Porque te lo dicen hoy, justo hoy, que has ido a clase con dos horas dormidas en el cuerpo, que te has puesto tres kilos de corrector y aún así pareces la viva imagen de un walking dead. Pero ellos eso no lo saben. Ellos sólo han visto que, a pesar del dolor enorme de cabeza, a pesar de haber tenido que enfadarte con el que ha pegado al compañero sin motivo, no has dejado de sonreír. El día pasa y llega la tarde, y cuando el último grupito de niños está entrando en su aula, justo antes de que te vayas, una de ellas, la más pequeña, se acerca y te pregunta bajito: "¿te puedo dar un besito?", y cuando te agachas a su altura y le dices: "of course you can, sweetie" mientras le pones la mejilla, te dice: "te quiero mucho". Y al rato, al salir a la puerta, te encuentras de manera casual con una mamá que no suele venir al cole a recoger a su hijo porque va en autobús, y a la que le falta tiempo para saludarte y agradecerte la manera en que te has saltado la clase tradicional durante este año, y para pedirte que no cambies eso porque tienes a los alumnos enganchados, motivados, aprendiendo mucho pero, sobre todo, queriendo aprender. Y entonces, por un momento, olvidas absolutamente todo lo ajeno a la escuela, tu falta de sueño, tu dolor de cabeza, la ausencia de ese ser querido, y vuelves a darte cuenta de que, a pesar de los momentos duros, las constantes críticas de la sociedad, la "opinología" general que suele ser bastante negativa cuando habla de los maestros, ya que todo el mundo sabe más que nosotros de metodología, empatía, enseñanza, técnicas y educación... Lo olvidas todo y vuelves a decirte para ti: "Mi profesión es la más bonita del mundo". Porque MIENTRAS HAYA UN SOLO NIÑO O UNA SOLA MADRE QUE CREAN EN MÍ, SERÁ SEÑAL DE QUE AÚN TENGO EL PODER DE ILUSIONAR.
Y por cierto, vosotros también estabais muy guapos hoy. No... vosotros estáis guapos siempre. 😉
viernes, 20 de mayo de 2016
I BELIEVE...
miércoles, 11 de mayo de 2016
Inviting people to school!
- Wendy the pirate: Esta actividad la preparé para los alumnos de 4 años de infantil dentro del área de inglés, aunque puede adaptarse a otras edades. Para llevarla a cabo le pedí a una de mis hermanas que se convirtiera en pirata y se metiera en el papel de Wendy Sparrow, una pirata de los mares del Sur que sólo hablaba inglés y que venía a hacer unos juegos con ellos y a contarles una historia, porque se había enterado de que eran la clase de Los Piratas. Como habíamos trabajado las partes de la cara, preparé un par de juegos con los que tenían que afianzar este vocabulario y repasar colores, formas geométricas (square, circle, triangle, rectangle), big/small y emociones; y la historia que contó fue la conocida "The very hungry caterpillar" de Eric Carle, ya que empezábamos la unidad de la comida. Fueron dos juegos bien sencillos, porque tampoco se trata de que la persona que viene tenga que hacer un máster en didáctica, por mucho inglés que sepa. Uno de ellos consistía en formar caras divertidas en la pizarra, con formas geométricas de diferentes colores que hacían las veces de "face" y partes de la cara de diferentes colores y tamaños (dibujados y plastificados). En el otro, Wendy sacaba caras diferentes de una bolsa mágica (sad, happy, angry, scared, sleepy...) y ellos tenían que, primero imitar la expresión y luego, levantando la mano, decirla en inglés con la estructura "I'm...". Como les gustó, hicimos que, de manera voluntaria, fueran ellos quienes salieran a elegir al azar la cara y hacer que el resto de compañeros la imitaran y adivinaran. Si hacéis esta actividad y tenéis la suerte de que la persona a la que invitáis es espontánea y tiene iniciativa, puede pasaros como a mí y encontraros con que de repente los peques intentan enseñarle palabras en castellano/valenciano porque se dan cuenta de que no entiende ni papa, y que el invitado repite lo que los alumnos le dicen con forzado acento inglés. Eso es lo que pasó después de contar el cuento de la oruga, cuando le decían que oranges eran taronges y Wendy Sparrow lo repetía como mascando chicle. Esta parte fue muy, muy divertida.
- Rueda de prensa: Esta actividad la preparé para el tercer trimestre para mis alumnos de 2º de primaria, relacionada con la asignatura de Medi, ahora sociales, pero al igual que la anterior, puede adaptarse a cualquier edad y área. Como en una de las unidades hablábamos de los medios de comunicación y transporte, aproveché que una de mis hermanas es periodista y reportera en una cadena conocida y le pedí que viniera. Sólo que con la condición de que me permitiera cambiar los papeles: ella sería la entrevistada y mis alumnos los periodistas que le harían las preguntas. Como quería que ellos mismos escribieran en su libreta lo que querían preguntar, además de su presentación (Buenas tardes, mi nombre es........... Periodista en el diario X, por ejemplo), el día de antes preparamos la rueda de prensa. Además, durante la semana anterior, visionamos tres vídeos que me hizo llegar mi hermana sobre tres noticias totalmente diferentes que ella misma había dado, y así, las desgranamos, hablamos de ellas, de lo que les sugerían e hicimos un pequeño debate. El día de la rueda de prensa estaban nerviosos e ilusionados. Habían preparado (y yo corregido) con mucho mimo su lista de preguntas, relacionadas tanto con las noticias que habíamos visto como con la profesión de periodista. La experiencia fue muy bonita, muy interesante y repartió buenas sensaciones a partes iguales, ya que ellos aprendieron mucho y se sintieron importantes por poder "hablar con alguien de la tele", que ya sabemos que estas cosas a los peques les encantan; y mi hermana disfrutó de lo lindo por todo el cariño que le dieron y la inocencia e ilusión con que preguntaban y habían preparado la rueda de prensa.
- Pintem socarrats: Esta actividad la realizamos con los alumnos de 1º de primaria con motivo de la semana cultural de hace dos años. El tema eran las Comunidades Autónomas y habíamos elegido la Comunidad Valenciana. Y dentro de ella, mi clase nos especializamos en la artesanía y en concreto en lo relativo a la cerámica y socarrats. Tuve la suerte de tener entre las mamis dos artistazas que en su momento habían hecho y pintado socarrats, e incluso impartido clases. Así que las invité a venir y no lo pensaron ni un segundo. En poco tenían todo organizado, material necesario comprado como para que cada alumno de la clase pudiera pintar un socarrat y llevárselo de recuerdo. Fueron dos sesiones muy bonitas en las que con mucha paciencia les enseñaron la técnica y les ayudaron a pintar sus diseños. No hace falta que os diga que mis alumnos estaban emocionados con sus obras de arte y que aprender así fue mucho más significativo que hacerlo a golpe de explicación rollera. Aprendimos mucho, disfrutamos más.
- The concert!: Esta actividad está pensada para los alumnos de 5 años de infantil, aunque como las demás, con alguna modificación es adaptable a cualquier edad. Para poder dar nuestro concierto a los peques de 3 y 4 años, idea de mi compañera de apoyo de infantil que es la encargada de darles nociones básicas de música, primero tuvimos que construir nuestros instrumentos, cosa que ya os conté cómo hacer en el post WHAT CAN YOU PLAY? La idea original que yo había planteado era realizar un taller con personas del mundo de la música y hacer que los peques de 5 cantaran una canción con sus instrumentos de mentira, mientras los colaboradores los tocaban de verdad. Pero la idea de tener público fue súper acertada, además de ser una buena manera de hacer una actividad trilingüe (valencià-English-castellano) de toda la etapa. Esta vez tiré mano de mi hermano, que toca el saxo en una xaranga, y de dos amigos suyos, que vinieron con guitarra española y bombo respectivamente. Una vez tuvimos listos nuestros instrumentos: pianos, violins, saxophones y big bass drums, ensayamos la canción que ya citaba en el post que tenéis arriba, y nos preparamos para dar el concierto. Para que todos estuvieran cómodos y pudieran disfrutar de toda la actividad, dividimos las clases entre castellano y valenciano, y así tuvimos dos pases de concierto y dos "talleres" con nuestros colaboradores: en una sesión los alumnos de 3, 4 y 5 de castellano y en la otra los de valenciano. Primero, nuestros músicos colaboradores explicaron entre valenciano, castellano e inglés, y de manera sencilla, el funcionamiento de cada instrumento, les enseñaron cómo suena, les explicaron graves y agudos asociándolos a cara de enfado o cara de alegría, nuestro guitarrista tocó y cantó una canción en inglés... Vamos, ¡que hicieron un trabajazo y los peques se lo pasaron pipa! Nada más acabó la explicación de los instrumentos, hicimos reparto de instrumentos caseros y the musicians se colocaron de la siguiente manera: pianos y violins con nuestro guitarrista, que simulaba que su guitarra era un súper violín, saxophones con mi hermano y su saxo, y big bass drums con el bombo. La canción es tan pegadiza y repetitiva que los alumnos de 3 y 4, además de animarse a cantarla durante el concierto, salían del colegio por la tarde cantándola. Esta actividad, si tenéis oportunidad de hacerla, es divertidísima, muy completa, muy motivadora y súper satisfactoria para todas las partes. Eso sí, si os liáis a hacer instrumentos, habrá momentos en los que penséis "¿quién me manda?", cuando, por ejemplo, tengáis pintura y cartones all over your hands and even clothes and all over the class y no podáis ni moveros. Pero yo la repetiría a ciegas, eso sí, con mi hermano y sus amigos, que además de involucrarse totalmente desde el minuto uno, nos regalaron ratos divertidos al final de ambas sesiones, interpretando la banda sonora de Juego de tronos o tocando canciones de la xaranga y haciendo que todos los peques (y maestras) acabaran saltando, bailando y quemando adrenalina.
- Talking about transports: Esta actividad ha sido programada para los alumnos de 3° de primaria, pero puede realizarse tanto en infantil como en primaria. Como ya avancé en TRANSPORTS (PART II). Ideas que inspiran, invité al padre de un alumno de este curso a venir a hablar sobre barcos y el mundo de la navegación en general. Como los niños suelen ser los verdaderos propulsores de las ideas más originales, la oferta la hemos ido extendiendo y, en estos momentos, estamos esperando a que entre esta semana y la próxima vengan otro padre que también está inmerso en el mundo de los cruceros y el conductor de uno de los buses de la escuela. Las sesiones que van a preparar son cortas, menos de una hora, y la idea es que cuenten sobre todo curiosidades, que expliquen las partes de ambos medios de transporte, su funcionamiento, sus viajes en ellos... Y lo hagan parte en castellano, y parte (aunque sea mucho menor) en inglés. Teniendo en cuenta que esto es posible gracias a la voluntad e ilusión de unas personas ajenas a nuestra profesión, lo de menos es, para mí, que hablen o no inglés. Al fin y al cabo, en inglés puedo ir hablándoles yo conforme ellos explican. Lo importante y lo genial de esta actividad es la motivación que se está generando con el tema de los transportes, y cómo gracias a salirme del libro por completo (sin dejarlo en blanco), en general los alumnos muestran muchas ganas de describir transportes, de hablar de ellos y de querer saber cómo se dicen en Inglés ciertas cosas que no están en el libro pero que les interesan y quieren aprender.
Esta mini recopilación es simbólica, pero podría hacer una segunda parte con otras colaboraciones para que veáis la cantidad de posibilidades que podemos organizar si contamos con la ayuda de los padres y madres de nuestros alumnos, o de nuestros familiares y amigos. Para mí todas ellas han sido experiencias súper bonitas y enriquecedoras y me consta que para mis alumnos más. Pedir colaboración y tener la suerte de recibirla es motivar de una manera diferente y enseñar de la mano de quienes más entienden sobre lo que hablan. Y dar clase así es un lujo. Así que desde este humilde post, mil gracias a todas las personas bonitas que se dejan enganchar y nos enganchan luego con su presencia y su trabajo desinteresado en la escuela.
martes, 3 de mayo de 2016
TRANSPORTS... (Part II). Ideas que inspiran actividades.
Dicen que segundas partes nunca fueron buenas. No es cierto. Al menos no cuando si hay segunda parte es porque son mis alumnos quienes la "provocan".
¿Recordáis que hace unos días escribía una entrada llamada "TRANSPORTS... A different exam!"? Pues además de las actividades que os contaba en ella, han surgido algunas más gracias al entusiasmo y la motivación de mis alumnos. ¿Hay algo mejor que eso? ¿Sabéis los kilos (de satisfacción) que llevo engordados esta semana gracias a ellos?
Os cuento. En la otra entrada, justo al final, escribía que quizás teníamos la visita del padre de un alumno, dedicado al mundo de la navegación. Y así fue. Y todo gracias a que su hijo me lo recordó de manera espontánea en clase al estar describiendo un barco. Me puse en contacto con el papi en cuestión y ¡hecho! Es un gustazo tener la suerte de contar con padres y madres con ganas de colaborar y dedicar parte de su tiempo a venir al colegio.
En una de mis sesiones de inglés hicimos coincidir, con la bondad (y paciencia) de las otras tutoras, a los tres grupos de tercero, y el padre de este alumno nos contó un montón de cosas interesantes y curiosas sobre el funcionamiento de los barcos, antes y ahora (en castellano e inglés, pero si hubiera sido sólo en castellano, no hubiera pasado nada, la cuestión es aprender diferente). A ellos se les hizo corto y se quedaron con ganas de preguntar más. Fue una experiencia muy bonita. Y a raíz de ella ya hay algunos padres y familiares más interesados en venir a contarnos cosas sobre su trabajo, relacionado con el mundo de los transportes. Ahora sólo nos queda encontrar huecos, pero eso es muy fácil con ganas y voluntad. ¡Y eso nos sobra!
Siguiendo con más ideas de mis pupils, el martes, un alumno inspirado por las fotos y la maqueta que había traído el padre colaborador, me preguntó si podía traer una maqueta de un avión. Le dije que por supuesto, que trajera lo que quisiera relacionado con transportes y que hablaríamos sobre ello. Y así fue. Como había sido "pensado y hecho", el mismo día que trajo su plane lo animé a hablar sobre él ayudándose de la descripción del helicóptero que había en la pizarra. Lo hizo muy bien y le ayudé a completar información haciéndole preguntas. Me gustó tanto el momento y la atención con que todos nos escuchaban que les propuse que, libremente, como siempre que hacemos extras, podían traer a clase cualquier transporte, en cualquier formato (juguete, maqueta, hecho por ellos en cartulina) y haríamos " SHOW & TELL ". Eso sí, con el compromiso de que quien trajera alguno tenía que haberse preparado una pequeña descripción. Yo les prometí que llevaría dos (de mis hijos, obvio) e iniciaría la ronda.
Y dicho y hecho, eso estamos haciendo. No hay día concreto para traer los transportes, en mi caso es porque esta unidad la he programado larguísima, con actividades de por medio que nada tienen que ver con los transportes. Así que me he reorganizado las sesiones contando con, al menos un par de "show & tell" diarios. De momento llevamos: un avión de lego, un coche de cuando eran pequeños, un coche de Barbie, una ambulancia y un velero en maqueta, junto con mi coche de bomberos y mi moto teledirigida. Esta manera de ejercicio oral da mucho de sí. Los alumnos que exponen se esfuerzan muchísimo por hacerlo bien, nos permite preguntarles para ayudarles a extraer más información, inspira a sus compañeros que preguntan o lo intentan, y además es una buenísima práctica para el examen que tengo planteado para esta unidad: Describe and draw (create) your favourite transport.
Y lo mejor es que la motivación hace que ellos mismos se retroalimenten, y ya son varios los alumnos que me han preguntado si pueden describir más transportes en su libreta cuando acaban las tareas que estamos haciendo. ¿Imagináis mi cara? Esa pregunta se transforma en sugerencia al resto de la clase y, de pronto, son más los que quieren seguir escribiendo sobre otros transportes, dibujándolos y ampliando información sobre los que ya conocen.
Así que... Ahí andamos. A este paso, acabaré haciendo un máster en transportes y los profesores del curso serán ellos.
NITIE NITE! SLEEP TIGHT!
Noni Medina. English Teacher.
lunes, 2 de mayo de 2016
RAPEANDO, que es gerundio (y muy divertido)
Para poder crear un RAP que suene a rap, lo mejor es conseguir unas cuantas bases de este estilo musical, tantas como grupos hayamos hecho obvio, escucharlas con ellos en clase y hacer que elijan una para su grupo, bien por votación, bien dialogando (a libre elección y según el carácter guerrero o conciliador de cada grupo, jajaja).
Lo ideal es, primero, encontrar un vídeo adecuado de alguna canción de rap más o menos conocida (o no), visionarlo en clase con ellos e invitarles a bailar libremente e incluso intentar cantarlo (hay versiones con la letra y no todas son palabroteras, hay que investigar un poquito).
Como segunda actividad previa, puede estar bien si cogemos una base rapera y les enseñamos un ejemplo de cómo crear nuestro rap, con el tipo de estructuras que van a necesitar, guiarlos sobre el número de "versos" o estrofas, etc... incluso haciendo que se levanten siguiendo los grupos establecidos, y salgan a interpretarlo con nosotros. Esto último parece una tontería pero es una manera súper fácil de hacer que el susto inicial desaparezca cuando nos vean a nosotros haciendo de Eminem o 50 Cent.
Y por último, antes de dejarlos hacer y crear, es buena idea crear un rap entre todos, uno cortito, haciendo un simulacro de lo que pueden ser los suyos.
A partir de aquí, sólo queda establecer el número de sesiones que queréis/podéis dedicar a esto, darles la fecha del "concierto" y proponerles que para ese día aquellos que tengan ganas de meterse en el papel del todo, vengan caracterizados como raperos.
Os dejo las bases de rap que voy a usar yo por si os son útiles. Veréis que son bastante distintas entre sí, con la idea de intentar acoplar a todos los gustos.
Si os animáis a rapear, ya me contáis qué tal la experiencia.
Por cierto, en breve publicaré TRANSPORTS PART II :)
HAPPY WEEK!!
viernes, 22 de abril de 2016
TRANSPORTS... A different exam!
4. Drawing game: Ponemos a nuestros alumnos en grupos de tres o parejas. Cada uno dibuja un transporte y lo pinta a su gusto, sin que los demás lo vean. De manera oral han de describir a sus compañeros de equipo lo que han dibujado, y mientras lo hacen, estos han de ir dibujándolo, intentando que sea lo más fiel posible a lo "dictado". El equipo/pareja cuyos dibujos se parecen más, es el ganador. Podemos hacer una variación según el tiempo que tengamos y lo que queramos consolidar, que es la siguiente: antes de describir de manera oral, han de escribir la descripción junto al dibujo. Ésta es una buena manera de asegurarse que describen sin olvidar ningún detalle y tener más posibilidades de que su equipo gane.
5.Final task or exam: Para esta parte los alumnos necesitan una cartulina en la que han de plasmar el transporte que más les guste o llame la atención, esté o no en la unidad trabajada. Lo ideal es poder hacer el dibujo/collage/montaje en clase, pero si no diera tiempo, pueden traerlo hecho de casa. El día del "examen" han de traer la cartulina con el dibujo (en caso de que venga el dibujo hecho de casa, si no ya estará en clase preparado) y escribir todo lo que puedan sobre él. La ventaja es que saben desde el principio de la unidad qué tipo de tarea han de realizar, de manera que, además del trabajo que hacemos en clase, pueden ir practicando algún rato de sus fines de semana. La mayoría eligen bien pronto el transporte, así que inevitablemente, con cada nueva actividad van asimilando los datos que necesitarán después para su trabajo final. Ya os enseñaré resultados. Desde luego, ellos están muy motivados.
La realidad de este curso me está dejando bien claro que las tareas diferentes, menos tipificadas, pero igualmente evaluables, les encantan. Cada inicio de unidad hasta ahora, cuando he presentado cada una de ellas, siempre se ha repetido la misma pregunta: ¿Pero el "exam" será "different" o "normal"? Vale que de normal mi cabeza es una auténtica olla a presión cuando empiezo a programar el siguiente tema y me sobran ideas y actividades que se quedan en el tintero por falta de tiempo, pero es verdad que no hay mejor motivación que la de su satisfacción y disfrute, y claro, esto es el pez que se muerde la cola, y una vez empiezas a salirte del libro y sus propuestas... ¡no puedes parar!
Pd: Ando planeando la visita de un padre que está en contacto directo con el mundo de la marina... Si consigo cuadrar horarios con él, os cuento con detalle la experiencia en otro post. Pero shhhh... ¡que esto mis niños no lo saben! :)
HAPPY FRIDAY NIGHT!!!
jueves, 21 de abril de 2016
GARDENING TIME (part II)
- Planting spring flowers: Primero, como supondréis, plantamos nuestras flower seeds directamente sobre la tierra. Compré diferentes tipos de semillas, todas de flores muy silvestres y coloridas, y a aquellas que tenían nombres muy complicados las bauticé según su color. Después de esta experiencia, para plantar sobre tierra no os aconsejo semillas de flores porque las hormigas se las llevan de reserva para su invierno :( . Así que después del éxito, hemos vuelto a plantar en maceteros grandes. Pero bueno, el proceso nos ha servido para repasar el vocabulario del huerto, los colores, las emociones (they felt really upset when we discovered the ants taking the seeds from where we had planted them... Así que, de paso, repasamos las emociones: The ants were super happy while we were sad, angry or upset).
- Learning about bugs: A raíz del descubrimiento de las hormigas ladronas y de haber tenido que explicarles que no lo hacían por fastidiar sino por supervivencia pura, y aprovechando que los peques estaban explorando sobre bichos con la maestra de infantil encargada del huerto, cogimos unas cuantas hormigas y estuvimos estudiando sus partes, el número de patas, su color, su tamaño y qué comían. Como la maestra que lleva el huerto tiene unas cajas lupa chulísimas, metimos unas cuantas hormigas en ellas para que pudieran verlas de muy cerca y uno a uno. Luego, olvidé que mi amor por los bichos ha decrecido con la edad, mientras que el que ellos sienten va en aumento, así que pasamos de estudiar hormigas a capturar caracoles, bichos bola, lombrices (casi muero), arañitas y mini escarabajos. También observamos mariposas que de normal revolotean por allí, y tijeretas (aquí "morí" del todo y aún sigo en shock... They are sooooo disgusting!!) porque bajo las maderas del huerto hay cientos de ellas. Esta actividad ha sido muy divertida. Y, aunque aún no han aprendido todos los nombres de los bichos (seguimos en ello), ya van reconociéndolos cuando yo los nombro, y recuerdan number of legs, colours y esos detallitos.
- Planting basil: Si necesitáis plantar algo que crezca rápido y no sean las típicas legumbres, ¡comprad albahaca! En 7 días las primeras hojitas asoman descaradamente a través de la tierra. Para esta actividad necesitáis vasos de plástico transparentes, tierra o compost y semillas de albahaca. Nosotros decidimos plantar esta vez usando un vaso por equipo. Echamos tierra, plantaron sus semillas a una profundidad aproximada de 0'5 cm (algunos un poquito más, que tenían miedo de que se las llevaran) y las cubrimos con muy poquita tierra, básicamente para evitar que los pájaros se las llevaran, que bastante habíamos tenido ya con las hormigas. Regamos y esperamos. Una vez tenemos la albahaca asomando a través de la tierra ya podemos usar cada uno de los brotes para que toquen y aprendan, o al menos reconozcan, las partes de una planta en inglés: roots, stem and leaves. En los brotes se distinguen perfectamente las tres partes a través del plástico del vaso. Está bien hacerlo así primero para que sean conscientes de cómo las raíces tienden a ir hacia abajo, y que el tallo y las hojas son los que salen. Después sacamos con cuidado cada brote para poder darle uno a cada alumno; salen muy fácilmente, pero si no lo hacemos con cuidado podemos partir la raíz. Les encanta esta parte, porque están tocando la plantita,ven que sus "babies" han crecido porque (eso dicen ellos) los han cuidado súper bien. Me los zampo.
HAPPY THURSDAY!!
Noni Medina. English Teacher.
martes, 12 de abril de 2016
El valenciano no sirve para nada. El inglés sí.
Error.
Soy maestra de inglés y tengo suerte por ello. Normalmente mi asignatura es amada por la gran mayoría de padres y madres que, conscientes de la necesidad de aprender esta lengua hoy en día, serían más felices si en vez de las horas que establece el currículo en nuestra comunidad tuviéramos algunas más.
Soy maestra de inglés y tengo que hacer muy poco para vender mi asignatura porque todos los padres la adoran, y en general los alumnos también.
Soy maestra de inglés y, sin embargo, más de una vez, siendo tutora de primaria u ocupando mi puesto de especialista de lengua extranjera, he tenido que vender la lengua valenciana. Así es. Triste.
A todo el mundo le parece fenomenal que los niños tengan tropecientas horas de inglés, jamás he recibido quejas por exámenes de inglés, deberes (cuando los ponía), trabajos que llegan a casa por falta de tiempo para ser acabados en clase, etc... Sin embargo, el pobre valenciano no da pie con bola. Haga lo que haga, está mal. Y encima, ¡no sirve para nada! Sólo es un incordio que quita horas al inglés, ¡que ése sí que sirve de algo!
Pues que equivocados estamos con esta manera de pensar. Da la casualidad de que aprender valenciano nos ayuda, y mucho, a la adquisición de otras lenguas, llámense éstas inglés o chino mandarín. No, no, ninguna de las tres tienen mucho que ver entre sí, no va por ahí la cosa. La cosa va de que el aprendizaje de "otra" lengua sólo produce beneficios en el individuo que la aprende, por muy minoritaria que ésta sea. Y, por experiencia propia, y la de otr@s much@s amig@s y compañer@s que comparten profesión y especialidad, puedo deciros que por norma general, y salvando individualidades, los alumnos "de línea" (llámese como sea ahora), es decir aquellos que desde su inicio en la escolaridad aprenden dos lenguas, son siempre mucho mejores en inglés en cuanto a rapidez en la adquisición del idioma. Que sí, que al final de la jugada todos aprenden lo mismo, que para eso nos programamos unos objetivos y hacemos lo indecible para que los alumnos los alcancen, pero la rapidez y facilidad con la que aprenden los alumnos de valenciano es superior en las primeras tomas de contacto con la lengua inglesa y más tarde en la adquisición de nuevo vocabulario y nuevas estructuras. Y es que no es ningún secreto que el aprendizaje de lenguas "minoritarias" ayuda a la adquisición de lenguas extranjeras, como el inglés; además de que el aprendizaje de lenguas, en general, es buenísimo para el desarrollo del sistema lingüístico y para que nuestro cerebrito trabaje y avance. Es decir, que si nos pusiéramos en plan teórico y analítico deberíamos cambiar el discurso y afirmar que, aquí en nuestra comunidad, EL APRENDIZAJE DEL VALENCIANO ES UNA SUERTE. Y no, no quita horas al inglés. El inglés nuestros hijos van a aprenderlo igual. El valenciano no le roba horas al inglés. No. El valenciano juega su papel y el inglés el suyo propio. Y ambos por separado, pero íntimamente relacionados, suman, no restan. Juegan a desarrollar la misma parte del cerebro, y de siempre se ha dicho que dos hacen más que uno.
Otra cuestión es la que atañe a la cultura y las raíces. A mí me duele en el alma que quien no es de "la Terreta" pero viene aquí a prosperar y a darle una vida digna a sus hijos, que implica escolaridad en nuestros colegios, critique y menosprecie nuestra lengua hasta el punto de decir que no sirve para nada. ¿Acaso vamos nosotros a otros lugares de España a decir que son ustedes menos ricos por hablar sólo una lengua? No. ¿Entonces? ¿Por qué no aceptan lo que hay sin más, sin necesidad de ataques gratuitos y menosprecios varios? Por no hablar de quienes tiran piedras sobre su propio tejado porque, siendo valencianos, reniegan de sus raíces por considerar la lengua de la tierra inferior al castellano. La lengua valenciana es una lengua rica, es símbolo, es cultura, es historia y son raíces. Son nuestras raíces. Y SÍ, SIRVE, PORQUE ES LA IDENTIDAD DE UN PUEBLO. Sólo por eso deberíamos respetarla, y entender que se enseñe en la escuela. Y si no nos gusta... plantearnos quizás otras opciones. Pero restarle valor a algo que sí lo tiene no es la solución.
La lengua (cualquier lengua) es cultura. La cultura es saber. Y el saber...no ocupa lugar. O eso dicen.
Así que, tal vez, la próxima vez que vayamos a pronunciar la frasecita de marras "el valenciano no sirve para nada", quizás podríamos mordernos la lengua y recordar que APRENDER VALENCIANO SÍ ABRE PUERTAS: LAS DE NUESTRO CEREBRO.