domingo, 22 de abril de 2018

La música: lenguaje universal

Nos hace falta más música en la escuela.

Pero música de la de verdad, de la que se toca, de la que se ve, de la que se escucha y se saborea. No nos hacen falta más libros que hablen de ella, que libros ya tenemos un montón.
Se necesita la música en todo el sentido de la palabra, no como asignatura, sino como arte. Como el lenguaje que es; ése que a veces usamos cuando ya no tenemos palabras.

En clase recientemente hemos tenido, dentro de nuestro proyecto musical, sesión de jazz, ópera y rap, en directo. Y las personas que han venido a cantar y tocar han dado, cada una a su manera, el mismo mensaje: la música es capaz de enseñar todos los valores que hoy nos hacen falta. La música nos ayuda a llegar donde las palabras no llegan.

Vinieron Mónica y Miguel, componentes del dúo Mike&Mona, y nos hablaron, a través de canciones de películas conocidas para los peques, de la importancia de cuidar la naturaleza, animales y plantas. De aprender a valorar lo que nos rodea y ser conscientes de que, sin ellos, no nos quedaría nada.



Vino Fernando Martínez Llarena, barítono en el Palau de les Arts Reina Sofía, y además de cantarnos un trozo de la ópera de Mozart Don Giovanni, y dejarnos a todos con la boca abierta (y con ganas de más), nos habló de amistad, amor y respeto, entre otros valores, y nos explicó cómo la música es capaz de hacerlos vibrar muy dentro nuestro.



Vino David Chavero, más conocido en el mundo del hip hop como Chave, y explicó la importancia de, una vez más, valorar lo que tenemos, pero en este caso no habló de naturaleza, él hizo referencia a nuestras familias y nuestros maestros, y a la importancia de luchar por lo que deseas sin perder el norte. Chave es un buen ejemplo. Tiene 23 años, está grabando su tercer disco de rap, y después del instituto, fue a la universidad y está trabajando también. David nos habló del rap como medio y lenguaje de denuncia social.



Es cierto que yo no concibo la vida sin música. Pero también lo es el hecho de que este proyecto que surgió de manera espontánea y casi casual, aunque yo no crea en el azar, está creando un "algo" casi mágico en clase. 

Trabajamos la lectura y escritura a través de las canciones y la investigación sobre los diferentes estilos y artistas. Y bien si trabajamos de manera grupal o de manera individual, la petición de mis alumnos durante esos momentos es siempre: "pon música, por favor". 

Eligen Yiruma, el pianista japonés, cuando hacemos trabajos que requieren especial concentración.

Cuando el trabajo es más creativo, pasan de pedir Axl Rose (o lo que es lo mismo, Guns N' Roses) a Coque Malla y Annie B. Sweet, pasando por ACDC, Michael Jackson o Seguridad Social.


Y estas dos últimas semanas, desde la sesión de ópera que tuvimos, piden EL FANTASMA DE LA ÓPERA. 

Tengo alumnos que han pedido ver la película en casa, y otros que han investigado sobre esta obra o han traído el DVD de la orquesta del pueblo interpretándola... Pero la realidad es que todos están enganchadísimos a ella. Y yo muero de amor.

Han aprendido a distinguir estilos sólo con escuchar las primeras notas, conocen autores, músicos, la diferencia entre soprano y contralto, y tenor, barítono y bajo. Hemos usado los años en los que nacieron los artistas o en los que se crearon las bandas para restar con cuatro cifras e identificar decenas y unidades. Han escrito en valenciano, pero también en castellano y en inglés. 

Y, más allá de lo que hayan aprendido a nivel curricular... todo este poso que les va quedando es CULTURA, pero sobre todo es MOTIVACIÓN. Y tanto la una como la otra nos hacen mucha falta hoy.

La música mueve montañas y hace estremecer el alma. Tiene algo que pellizca hasta al más tímido y le arranca una sonrisa cómplice. Y eso es así porque es tan amplia, y cabe tanto en ella, que llega a todos, a cada uno justo de la manera que necesita.

En estos momentos tengo en clase alumnos y alumnas rapeando contra el acoso escolar, sobre igualdad, racismo y valores, a futuros rockeros y rockeras que imitan a Axl Rose entrando en el escenario y queriendo tocar la guitarra eléctrica o el bajo, y algunos que sueñan con ser oboístas o violinistas y tocar en escenarios de todo el mundo.

Tengo alumnos que puede que estén aprendiendo con la música lo que sin ella les costaría un poquito más. Pero, sobre todo, tengo niños y niñas felices, que aprecian todas y cada una de las visitas que tenemos en clase, y que las disfrutan y aprovechan al máximo, desde el respeto hacia esas personas que están dejando aparcadas durante un rato sus vidas profesionales y personales para regalarles lo que mejor saben hacer: hablar y sentir a través de la música.

Porque la música nos ayuda a canalizar emociones, identificarnos con ciertos sentimientos según nuestra situación personal y nos hace iguales, en todos los sentidos, porque nos desnuda.

"La música expresa lo que no puede ser dicho y aquello sobre lo que es imposible permanecer en silencio". (Víctor Hugo, escritor francés.)

Y es que nos hace falta más música en la escuela, para poder llegar a todos, para que cada cual encuentre su sitio, para remover sentimientos, o simplemente para disfrutar... Porque la música es el lenguaje universal.😉

*Muchísimas gracias MÓNICA, MIGUEL, FERNANDO y DAVID, por vuestro tiempo, vuestra paciencia, vuestras palabras, vuestras experiencias y, sobre todo, vuestra música.

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