Y LLEGARON LAS TAREAS ESCOLARES
Y fue un caos.
Hoy os hablo como madre, maestra y directora de un colegio público.
Voy a intentar equilibrar esta tripolaridad para haceros llegar lo que siento ahora mismo.
Como directora "en prácticas", ni en mis peores sueños había imaginado un estreno tan completo. Lo de intentar dirigir una escuela de 43 docentes y 600 alumnos y alumnas desde la distancia, y en esta situación en la que "nadie sabe bien qué viene y qué hacer" está siendo, cuanto menos, una prueba de velocidad de larga distancia, en la que me siento en la obligación de intentar dar el 200% de mí y de mi capacidad de gestión, organización y resolución sin tener ni idea, o sea, como el resto.
Como maestra y como madre... Hoy me siento así: ¿SE NOS HA IDO LA PINZA YA DEL TODO, O AÚN ESTAMOS A TIEMPO?
No sé exactamente cómo empezar, ni por dónde.
Si hablo como madre, por muy maestra que sea, lo hago para ponerme en la piel de todas aquellas familias que hoy habrán vivido el apocalipsis que hemos vivido aquí.
En casa somos dos maestros. Tenemos una hija de 10 años y un hijo de 7.
Y esta mañana, a pesar de la armonía que reinaba hasta ahora, hemos creído colapsar en el momento "tareas escolares".
Yo soy una persona con los pies en la tierra, pero muy optimista siempre, bastante purpurina, arcoiris y unicornios alados. Y esta mañana lo he visto todo tan negro, que casi me paso al lado oscuro.
Cierto es que los adultos de la casa estábamos especialmente agobiados con nuestras propias tareas telemáticas, y al empezar a gestionar las de nuestros hijos, entre libros digitales, contraseñas y documentos a imprimir, casi colapsamos.
Y si aquí, en la suerte de mi casa, con dos adultos disponibles y "entendidos" en las tareas telemáticas, que sabemos que, en esta situación de confinamiento indefinido, hemos de relativizar todo esto y darle la importancia justa a la parte académica, porque eso es lo que mi "yo directora" no se ha cansado de repetir a claustro y familias, hemos vivido una mañana "horribilis" con el temita de las actividades escolares... ¿Qué tiene que haber pasado en el resto de hogares?
¿Qué narices habrá ocurrido en aquellas casas en las que la familia es monoparental y es una sola persona la que lleva lo que aquí va repartido entre dos? ¿O en las que no hay recursos digitales o materiales suficientes? (O no hay, directamente.) ¿Y qué pasa con aquellas familias donde uno de los dos progenitores ha de salir de casa a trabajar, a pesar del miedo, o incluso ambos?
Hay tantas situaciones diferentes como alumnos y alumnas en este país. Porque aunque dos hermanos pertenezcan a la misma familia, cada hijo o hija es diferente, reacciona diferente, se comporta diferente y necesita cosas diferentes.
Así pues, en mi colegio hay 600 situaciones diferentes.
Como directora, puedo decir que tengo un equipazo de personas que se están dejando la piel por hacer las cosas lo mejor que saben y pueden, para evitar desigualdades, para cubrir todas las casuísticas y llegar a todo nuestro alumnado.
Y, sin embargo, no va a ser suficiente.
No lo va a ser y eso me parte el alma.
Y no lo va a ser porque lo que deberíamos ahora mismo asumir todo el mundo, como madres y padres y como docentes o directivos es: QUE LAS TAREAS DE CARÁCTER ACADÉMICO NO SALVAN VIDAS.
Al menos no ahora.
No hoy.
Hoy nos salva estar en casa e intentar sobrevivir con la situación que cada uno tengamos de puertas para dentro.
Hoy nos salva dar estabilidad emocional a los nuestros.
Y para ello no podemos, NO DEBEMOS, colaborar con la angustia, el agobio, la presión, la incertidumbre y el sentimiento de culpa "por no llegar a todo" que ahora mismo habita en la gran mayoría de hogares con (y sin) menores.
Vamos a unir cabeza y alma.
No es tan difícil.
Vamos a aterrizar.
El curso escolar NO se pierde por una parada temporal, de imperiosa necesidad.
Y, si fuera así, ¿qué? Si se pierde el curso y a cambio ganamos vidas.
Ya reestructuraremos todo a la vuelta. Cuando sea que vayamos a volver. Que tenemos un currículum que repite año tras año sus contenidos. Y planes de transición para el paso al instituto. Ya nos adaptaremos.
Esto cambia por días.
Y ahora lo importante no es el aprendizaje de cuantos más contenidos mejor.
Ahora lo importante es sobrevivir al confinamiento sin mandarlo todo, y a todos, a paseo. Adaptarnos. Aprender. Crecer.
Y esperar a ver qué pasa y cuándo podemos volver a abrazarnos.
Firmado: una madre, maestra y directora confinada.
Noni Medina Borrás.
Noni Medina. English Teacher.
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