lunes, 19 de marzo de 2018

Aprender para enseñar

Creo firmemente en el aprendizaje continuo, para mi vida laboral pero, sobre todo, para mi vida en general.
Si paro, me estanco. Y las aguas estancadas acaban pudriendo lo que vive en ellas. 
A mi modo de entender a lo que me dedico, ser maestro te obliga a estar actualizado en todo, y no hablo sólo sobre tecnología, que también, sino sobre metodologías, corrientes, educadores en alza, programas educativos y, sobre todo, sobre las necesidades actuales de la escuela, entendiendo como escuela el conjunto que formamos el alumnado, sus familias y el claustro.
Yo siento la necesidad continua de seguir aprendiendo y de formarme, de abrir la mente y seguir descubriendo que hay maneras mucho mejores que las mías, que las corrientes demasiado extremas chirrían, hacia un lado u otro, que la virtud en un centro educativo está en el equilibrio, que aún nos falta mucha humanidad en los colegios, pero que, sobre todo, a enseñar se aprende primero aprendiendo, y luego, ya si eso, enseñando.
Y es por eso que actualmente ando inmersa en un curso largo e intenso, pero que promete mucho aprendizaje, porque promete muchos tropezones, muchos pasos hacia detrás para coger carrerilla y seguir avanzando, y muchas horas de cabezazos contra la pantalla del ordenador hasta que me salga a derechas lo que me llevo entre manos.

De momento, este curso me ha dado a conocer el Portfolio como herramienta docente, que me parece de gran utilidad si todos los maestros y profesores lo usáramos y actualizáramos, ya que permite crear una gran red de intercambio de información y recursos, además de experiencias. Y yo ya me he peleado con su plataforma para crear el mío propio. (Aquí).
Formarme también me abre puertas para estar en contacto con un montón de docentes de toda España que quieren seguir aprendiendo, que no quieren quedarse estancados y que quieren darle a la escuela actual una nueva vuelta de tuerca. Que nos hace falta. Empezando por nosotros mismos.

Así que... Sigamos aprendiendo para poder enseñar como nuestros alumnos se merecen: con ilusión, pasión y muchas ganas.


Noni Medina Ibáñez. English Teacher.

martes, 6 de marzo de 2018

Querida alumna, querido alumno

Hoy necesito volver a dar visibilidad a este post que escribí hace casi 3 años, porque podría reescribirlo sin cambiar ni una sola de sus líneas. Y porque sigo creyendo que la base de la escuela es el alumnado.

QUERIDA ALUMNA... QUERIDO ALUMNO...

TÚ PUEDES. 

Claro que sí. ¿Quién te dijo lo contrario? Quien fuese no fue del todo sincero contigo. 

Yo sé que tú puedes hacerlo, a tu manera, acorde a tus posibilidades y a tu forma de entender la vida y de ver el mundo... Pero, de un modo u otro, PUEDES.

YO CONFÍO EN TI. 

Confío en tus triunfos, y en tus errores; en estos últimos sobre todo, porque son los que te harán levantar el vuelo con más fuerza si los adultos que te rodeamos somos capaces de tenderte la mano que te ayude a levantarte.

YO CREO EN TI.

Debes notarlo en mi mirada y en mi sonrisa. Cuando te hablo, te explico, te doy ejemplos o respondo a tus dudas e inquietudes lo hago dando por hecho que VAS A SER CAPAZ DE LOGRAR LO QUE TE PROPONGO. Parto de esa base. Me niego a imaginar lo contrario. Ya vendrán luego las dificultades, y ya las resolveremos juntos. Pero me niego a ser yo quien te ponga las barreras con un gesto de inseguridad o una sonrisa pequeña.

Querido alumno... Querida alumna...

TÚ ME ENSEÑAS. 

Contigo redescubro cada día el mundo. Me permites abrir la mente y me enriqueces con perspectivas diferentes que no sería capaz de ver si no fuera por tu ayuda. Me obligas a seguir indagando más allá, a seguir formándome para poder estar a tu altura.

TÚ ME HACES GRANDE.

Cada vez que me recibes con tu sonrisota enorme, con tus ojos tremendos y tu curiosidad gigantesca... Me haces sentir importante, querida, y muy afortunada. Haces que mis males ajenos se conviertan en guiños de complicidad y cosas superfluas, al menos hasta que salgo del mágico mundo en el que tú vives.

Querida alumna... Querido alumno...

PERMÍTETE LA LICENCIA DE EQUIVOCARTE, y permíteme equivocarme a mí también. 

SUEÑA para que yo siga soñando y juntos proyectemos futuras realidades.

PREGUNTA para que mi mente siga despierta y tu curiosidad sea la mía.

APASIÓNATE para que mis años no me pesen más que mis pasiones y pueda contagiarte mis ilusiones, y tú a mí las tuyas.

VIVE. 

QUERIDO ALUMNO... QUERIDA ALUMNA...

¡GRACIAS!

Noni Medina Ibáñez