lunes, 14 de marzo de 2016

¿Listas de vocabulario o experiencias?

Aprender inglés es divertido.
Aprender inglés no es memorizar listas enteras de palabras, bueno, al menos no lo es para mí; aunque memorizar sea necesario en ocasiones para recordar después y poder utilizar las palabras apropiadas en cada situación comunicativa.
Pero no, al menos en la base del aprendizaje, en las edades tempranas, en infantil y primeros cursos de primaria, aprender inglés no es estudiar palabras clasificadas por temas: colores, números,  partes de la casa, familia... Y así pensar que nuestros alumnos saben mucho inglés. 
Aprender inglés tiene que ser interesante y motivador porque aprender una lengua es aprender cultura, la cultura de otros países, y eso siempre es interesante, o debería serlo. 
Aprender inglés es abrir nuestra mente a otra manera de vivir y entender la vida, es abrirnos las puertas a un futuro lleno de posibilidades dentro de las cuales podemos conocer a muchas personas diferentes a nosotros e interesantes, que llenen nuestra vida de experiencias, que nos hagan ver el mundo de otra manera, a través de sus ojos y su modus vivendi.
Así que aprender inglés, o cualquier otra lengua, de ningún modo debería ser aburrido. Al margen de la facilidad que tenga cada uno a la hora de aprender idiomas, si aprender inglés se plantea como algo más que interesante, casi como un juego, lograr aprender a comunicarse, un poquito, en plan básico, sin grandes discursos, será pan comido, y el que más y el que menos podrá hacerse entender en esta lengua, que es de lo que se trata cuando aprendemos otro idioma, ¿o no?
Así que, desde que empecé dando clase allá por el 2000, coinicidiendo con el cambio de siglo y bla bla bla, tuve claro que no enseñaría inglés convirtiendo a mis alumnos en papagallos repetidores, sino que los haría "vivir" en inglés, experimentar, disfrutar, divertirse y quedarse con ganas de más. 
Si queremos que nuestras clases sean significativas no podemos ser esclavos de un libro de texto, tenemos que abrir la caja de Pandora, usar todo lo que tenemos a nuestro alcance, salir de la famosa zona de comfort y atrevernos a programar clases diferentes. No hace falta que nuestros alumnos sepan el nombre de todos los animales del mundo mundial si no son capaces de decir nada sobre ellos más que su nombre, ni hace falta que enumeren las partes de una casa si no son capaces de explicar que hacen en cada una de ellas o de identificar las de la suya propia y contar cuál es la estancia que más les gusta y por qué. Tampoco me sirve de nada que se sepan todos los colores sino saben que el verde representa Saint Patrick, o que el arcoiris tiene siete, o que blue no es sólo un color, sino una forma de sentir.
Aprender inglés es divertido porque enseñar inglés lo es. Porque darse cuenta de que son capaces de ir construyendo frases cada vez más largas y con sentido es motivador. Porque una lengua se enseña haciéndola parte de su vida, cogiendo sus intereses, pero los de verdad y no los que nos marcan los libros, y sentando la base de nuestras enseñanzas alrededor de lo que de verdad les importa. 
Podemos hacer que aprendan sobre animales pidiéndoles que reproduzcan uno o lo inventen usando los materiales que ellos quieran; que construyan su hábitat en una caja de zapatos y escriban sobre él dentro de la caja. Nosotros les daremos las estructuras que necesitan, el vocabulario de diferentes partes del cuerpo, los nombres de todos los animales que les apetezcan, de alimentos, lugares... Y ellos hablarán sólo de su animal. Lo tendrán que imaginar, dibujarán su boceto, escribirán su descripción y lo construirán. Y cuando acaben haremos un "SHOW & TELL" en el que expondrán su creación y hablarán de ella, para lo que si tendrán que repasar en casa aquellos a los que les cueste un poco más el idioma. Sin darse cuenta, habrán aprendido no sólo sobre su animal sino también sobre los de sus compañeros, tanto los nombres como las partes del cuerpo que el resto tienen y el suyo no. 
¿Que cómo lo sé? Porque lo hice en la unidad pasada con mis niños de 3° de primaria y fue una experiencia muy bonita.
Aprendimos, disfrutamos y a mí me dejaron boquiabierta con su arte y su capacidad de aprendizaje. 
Yo no les pedí que aprendieran todo lo que incluía el tema, y sin embargo, estuvieron tan concentrados pensando qué tendría y qué no su animal, qué comería o no, qué habilidades tendrían y qué no sería capaz de hacer... Que acabaron aprendiendo todo.
Además, estuvieron tan interesados en lo que habían hecho sus compañeros que escucharon y retuvieron la información mucho mejor que si hubieran tenido que estudiarla de memoria.
¿Que habrá palabras de la unidad que no sabrán escribir correctamente? Puede ser. Pero sabrán reconocerlas todas de manera oral y escrita, y reproducirlas al menos de manera oral. Incluso aquellos alumnos de NEE que llevan su adaptación de acceso o significativa, que se mostraron igual de entusiasmados con el proyecto y que se dejaron toda la carne en el asador. Todos habrán aprendido sobre su animal, y serán capaces de demostrarlo de una manera u otra, y en todos los casos, de manera más significativa que con un simple examen de preguntas y respuestas.

Aprender inglés es divertido cuando nos damos cuenta de que es útil y de que no es tan difícil como aparenta. 

Enseñar inglés es divertido cuando nos damos cuenta de que lo que estamos dando no son sólo palabras, sino experiencias y la oportunidad de comunicarnos en cualquier situación.

Noni Medina

1 comentario:

  1. Uau!! y para mayores no das clase??? que pasada una profe como tú!! Estupenda inspiración!!

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